PAULINO CÁRDENAS
Felipe Calderón se enfrascó a grito pelado con una docente y como si se tratara de uno de sus subordinados la regañó en público durante la entrega de apoyos para la sequía, el programa 70 y más, y la puesta en marcha de las caravanas a favor de la salud, en un municipio de San Luis Potosí el martes pasado. La mujer le reclamaba ayuda, pero el mandatario panista la atajó y le gritó: “Maestra, usted es libre de hacer toda la grilla que quiera; pero atrás de la raya que estoy trabajando”. El Presidente le habló como lo hacía Maribel Fernández, la pelangocha.
No conforme con hablarle así a la pobre señora, le gritó: “Yo no entiendo por qué gente que gana diez mil pesos está en el programa Oportunidades. Usted no está entre la gente pobre de este país; voy a revisar su caso y casos parecidos porque tiene pago por puentes, aguinaldo”. ¿De veras Calderón cree que esa señora no está entre la gente pobre? ¿Cuánto gana él como Presidente y cuánto cree que tiene de ingreso la señora a la que trató como si fuera su sirvienta? Por el sólo hecho de ser mujer, ella no merecía que el Primer Mandatario le hablara con el respeto que le habla a su esposa Margarita.
No, prefirió hacerle al patán, como se quejó recientemente Josefina Vázquez Mota por la actitud que tuvo con ella Erneso Cordero. Y que fue por menos. Ahora bien, ¿por qué considera el mandatario panista que pedirle ayuda al gobierno es hacer grilla? A su muy peculiar estilo colérico, el Presidente se dirigió a la pobre señora en un tono que debería ser causa de una intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, porque la gresión verbal también es causal de una queja ante ese organismo según la propaganda oficial.
Tan solo con lo que costó la ‘Estela de Luz’ podrían haberse paliado las calamidades que han sufrido los habitantes de esa comunidad de Conejillos y otras más que han sido víctimas de la sequía y otras inclemencias del tiempo que han azotado al país. Con todo el dinero que se llevó ese inefable monumento que a nadie beneficia y que es un bodrio, su gobierno pudo haber ayudado a muchos mexicanos que claman de la ayuda oficial, pero no. Quienes se embuchacaron miles de millones de pesos con esa obra al final de la película quedarán protegidos por el mugriento y hediondo manto de la impunidad.
Esa respuesta que tuvo Calderón en aquella comunidad del municipio de Salinas, San Luis Potosí –en donde según las crónicas por más de 45 minutos recibió reclamos de toda índole por parte de los habitantes de ese lugar, por el olvido y la negligencia de su gobierno–, pinta de cuerpo entero a quien ha estado en falta con sus compromisos para con los mexicanos, como ha sido el caso de las afectaciones por las sequías en donde, más por vergüenza que por otra cosa, se ha visto obligado a responder a medias con ayudas y recursos, como ha sido el caso de los rarámuris de Chihuahua, llamado ‘el crimen de la sierra Tarahumara’ por el eterno olvido en que ha estado por parte de todos los gobiernos.
El mandatario panista sabe mejor que nadie que el programa Oportunidades –que con Fox lo operaba Sedesol con Josefina Vázquez Mota a la cabeza con el mismo propósito–, es con el que periódicamente el gobierno federal manipula a su antojo las ayudas y los recursos a comunidades pobres a cambio de allegarle votos a su partido, sobre todo en épocas de elecciones como las que está viviendo el país. Esto ni es nuevo y todo mundo lo sabe.
Allá en Conejillos un hombre de edad le decía que ya no pagarían la energía eléctrica por considerarla muy costosa, Calderón, con todo el bagaje de insensibilidad que lo caracteriza, le respondió jaquetón: “Pero si el gobierno te la regala; la ayuda es un subsidio muy fuerte; si quieres te la recojo y se la doy a otra comunidad con más necesidad”.
Luego, le explicaron que habían sido excluidos del Seguro Popular a lo que el mandatario señaló: “¿cómo?, siendo así, yo me sumo a su reclamo”. Y como si fuera el dueño del negocio, gritó: “Yo le pago al gobernador; a ver gobernador (dirigiéndose a Fernando Toranzo) yo les doy dos mil 500 pesos por cada persona inscrita en el Seguro Popular qué paso ahí?
En aquella comunidad de 30 mil habitantes, Calderón pidió que se entreguen “parejito” los apoyos que otorgan los programas sociales del gobierno federal, sin distingo de partidos políticos ni de amistades. Que se entreguen “parejitos para todos. Aquí no se vale de un partido o de otro, ya sean tus cuates o mis cuates. Aquí todo tiene que ser parejo”. ¿Así de ‘parejito’ será el castigo para quienes se robaron tanto dinero de la ‘Estela de Luz’?
Lo que quedó en claro es que si bien Josefina Vázquez Mota se quejó amargamente de la actitud de Ernesto Cordero para con ella durante la campaña interna de su partido según una grabación telefónica en la que lo acusó de ser un ‘patán’, ya se supo quién fue el maestro del fracasado aspirante y ex delfín presidencial.
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