En un manifiesto pintarán su raya

PAULINO CÁRDENAS 

Más allá de la lucha postelectoral de la coalición de izquierdas que reclama la invalidez de los comicios que difícilmente prosperará, sus asesores le han preparado a Andrés Manuel López Obrador un plan que dará a conocer esta semana en una especie de ‘manifiesto a la nación’, donde se declarará oficialmente el antagonismo amlista con respecto a ‘la mafia del poder’ imperante en México ‘que se prestó a las trampas electorales para robarle el triunfo al candidato de las izquierdas’, en el cual quedará asentado el decálogo de sus principios y las acciones que tomará en lo sucesivo el movimiento que impulsó la frustrada llegada del tabasqueño al poder federal por segunda vez consecutiva.

El documento que dará a conocer le han llamado “Plan Nacional para la Defensa de la Democracia y la Dignidad de México”, el cual será presentado públicamente en un mitin que seguramente habrá de ser convocado en el zócalo capitalino. Se trataría de una exposición de hechos primordialmente políticos, sin descartar los económicos y sociales, que han incidido en lo que consideran un ‘despojo’ del triunfo electoral del tabasqueño, y las opciones y desafíos que será necesario afrontar para hacer lo correctamente viable a partir de la derrota, según la óptica de quienes metieron mano para elaborar el texto del mencionado plan.

López Obrador cree que fue hecho para reposicionarlo en su intento de buscar por tercer vez consecutiva el poder federal en 2018 lo que para muchos sería otra fracasada aventura, ya que para algunas tribus AMLO ya es un cartucho quemado. Como nadie sabe para quién trabaja, los puntos que contiene dicho manifiesto pudieran estar destinados, paradójicamente, para apuntalar la candidatura del mandatario capitalino Marcelo Ebrard e incluso para el sucesor de éste, el jefe de gobierno capitalino electo Miguel Angel Mancera, quien llegará al mando en el DF con un mejor cartel que su ex jefe y que el tabasqueño. Máxime si hace un buen gobierno.

Por ahora el gran perdedor se ha mantenido aparentemente paciente y dimisimula una prudencia que lo alienta la supuesta confianza que tiene en que el Tribunal Federal Electoral le dé la razón jurídica a sus alegatos políticos, aunque sabe que las pruebas que presentó a las autoridades calificadoras de los comicios su ex coordinador de campaña Ricardo Monreal, no servirán para declarar la nulidad de la elección ni para decretar su invalidez, ya que entre otras cosas, son pruebas conseguidas en su mayoría por denuncias ciudadanas y a través de las redes sociales, además que no llenan las condiciones legales para lo que pretenden las izquierdas.

El ex candidato de la coalición Movimiento Progresista ha dicho que “no se afectará a terceros” lo que venga aparejado con las impugnaciones, refiriéndose, sin decirlo, al “Plan Nacional para la Defensa de la Democracia y la Dignidad de México”.  Pero pocos le creen. El dilema que trae encima como pesada lápida, es qué le tendrá que decir a sus seguidores y al nuevo movimiento ‘estudiantil’ que se apuntó a su favor desde su ‘espontánea’ aparición el pasado 11 de mayo, quienes por lo pronto han comenzado a hacer ejercios de ‘calentamiento’ y a peregrinar por el Paseo de la Reforma partiendo del monumento a la Independencia y llegando al zócalo de la capital del país, gritando consignas de reprobación e insultos al candidato ganador y a las autoridades electorales. En otras entidades, a mucho menor escala, han hecho lo mismo sus brigadas de apoyo.

Mientras esperan la señal de su caudillo para empezar a multiplicar sus mitotes, otras células del mismo colectivo estudiantil dizque ‘apartidista’, se habían reunido este fin de semana con los integrantes del Frente en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco en una Convención Nacional contra la Imposición organizada por los universitarios, donde se acordaron una serie de movilizaciones e incluso boicotear la toma de posesión de Enrique Peña Nieto en el Congreso. Se habla de que en dicha reunión hubo la reprentación de 250 organizaciones de 25 estados de la República, en la que diversas voces lanzaron serias acusaciones contra el ganador y su entonces gobierno mexiquense. A propósito, ¿quién paga todo eso?

Mientra culmina la etapa del pataleo en que están los intergantes de la coalición Movimiento Progresista en busca de que el Tribunal Electoral decrete lo que seguramente no va a decretar, la impugnaciones tendrán la debida respuesta de los acusados entre los que están el PRI, las televisoras y los medios que según López Obrador fueron ‘inequitativos’ con él, así como los abogados de las tiendas Soriana, y de Banca Monex entre otros agraviados. Los más de 33 millones de ciudadanos ‘tontos y ciegos’ que no votaron por el tabasqueño se preguntan ¿quiénes los defenderán en tribunales de las arremetidas del atrabiliario gran perdedor y sus secuaces?

Por otro lado, vinculado a lo mismo, ojalá que al ‘presidente espurio’ como le ha llamado López Obrador a Calderón durante todo el sexenio, con el poder que aún le queda, no se le ocurra apoyar al ‘presidente legítimo’ en su acelerado plan de querer dividir a los mexicanos, ya que el mandatario sigue sin aceptar que será el PRI el que saque al PAN de Los Pinos, lo que le eriza la piel. Ojalá que no cometa otro error más, por el bien del país.

@Paulinocomenta

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